sábado, 7 de junio de 2014

                            Porcentaje de hablantes de lengua indígena por municipio
 
Regiones de Veracruz


 
 

 






 
Mapas tomados del Atlas Etnográfico.
 Los pueblos indígenas  de Veracruz.
 
Gobierno del Estado de Veracruz. Instituto Nacional de Antropología e Historia.


lunes, 12 de mayo de 2014

lunes, 5 de mayo de 2014

Monumentos. Ex-haciendas.

Hacienda "El Lencero", Xalapa, Ver.

El primer dueño y quien habría de darle el nombre a este lugar fue uno de los soldados de Hernán Cortés, conocido como Juan Lencero. él recibió una de las primeras "Mercedes Reales" que se otorgaron en la Nueva España. Era el permiso para establecer una de las diez posadas para descanso de los viajeros que habría en el camino de Veracruz.

A finales del siglo XVI, el entonces propietario Jerónimo Pérez de Salazar, diversificó las actividades de la venta. Además de la cría de ganado se dedicó al cultivo y procesamiento de la caña de azúcar. Esa sería la principal actividad de ésta hacienda.

Así el 27 de mayo de 1842, el general Antonio López de Santa Anna, compró la propiedad por 45 mil pesos.

Actualmente "El Lencero", convertido en museo, nos muestra la vida de las haciendas del siglo XIX.














Ex- hacienda en la Localidad de San Lorenzo, Municipio de San Antonio Tepetlán
 
 
 
 

 
 
 
 
 


CAM 29

El CAM 29 es un espacio de alternativa para la actualización de los docentes; en esta institución se encuentra un excelente ambiente de trabajo orientado por docentes preparados y comprometidos en contribuir en la actualización del magisterio en los diversos niveles y modalidades.
 
 
 
 
 
 Exposición del multiculturalismo; resultado del análisis de los diversos grupos indígenas de nuestro país, para valorar su importancia y la riqueza que guardan cada una de ellas.
 
 
 
 
 
 
 


Analizar la multiculturalidad desde un enfoque humanista, permite reconocer la riqueza y sabiduría de los diversos grupos indígenas  de nuestro país. Conservar sus tradiciones y costumbres es una responsabilidad de todos.
 
 
 
 
 
 
 
 
Maestros, los invitamos a formar parte de este equipo de trabajo en el cual compartimos y aprendemos entre todos.
¡Anímate y asiste!
 
 
 
 
 
Una de nuestras actividades del Módulo I.
 
Acta
En el aula donde se desarrolla el Diplomado Competencias docentes para el siglo XXI, Módulo I:Competencias Docentes y Multiculturalidad, con la finalidad de dar cuenta de los aprendizajes significativos abordados, en las lecturas propias del módulo que a continuación se detallan.
                En la primera sesión después del encuadre y presentación se abordó el enfoque alternativo para estudiar la Historia Universal, y que rompe con la visión occidental que nos ha sido enseñada en la escuela, para desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo, con distintos polos de desarrollo, propuesto por Enrique Dussel.
                Del tema los indignados, Stephane Hessel, donde se hace un llamado a la concientización y el fortalecimiento de la reflexión, señalando a la indiferencia como la peor de las actividades, aconsejando que: “mirad alrededor de vosotros, encontrareis temas que justifiquen vuestra indignación”. Promoviendo la insurrección pacífica.
                Del Video “Historia de las cosas” refleja la sociedad de consumo y desecho en que nos hemos convertido.
                Las lecturas de Paulo Freire, donde se enfatiza la motivación al aprendizaje a través de la palabra y generadora que problematiza su realidad.
                De Fanon, sobre el contenido del pensamiento crítico, político y de colonial, que retoma Catherine Walsh en su texto interculturalidad y pedagogía de Colonial.
                De Sousa Santos su concepción multicultural sobre los derechos humanos y su visión europea y como ha influido la globalización para universalizarlos.
                Y propone a través de cinco premisas un multiculturalismo progresista utilizando una herramienta diatópica a través de diálogos interculturales, la conceptualización y la práctica reflexiva de los derechos Humanos.
                En la Película de Kinsey “El científico del Sexo”, se refleja la diversidad sexual preferencias de genero, desde un punto de  vista tradicionalista hacia la revolución sexual, rompiendo paradigmas de los mitos y tabús de la época con respecto a la Sexualidad.
                En el cartel donde se trató  de expresar lo que representa la Multiculturalidad, los elementos que la identifican y como están relacionados unos con otros para llegar a conformar lo que cada uno de nosotros representa como individuo y que manifiesta al estar en sociedad. Por eso se representó con un Hombre y un libro; el hombre como individuo único y en un proceso de conformación continua y permanente, con una de las fuentes inagotables del saber representado por el  “El libro”, y en el que dicho hombre está conformado por todos los elementos que son propios de las diversas manifestaciones culturales que están en un continuo contacto con el Hombre. Por eso el cuerpo del hombre está conformado por muchas imágenes, y como marco tenemos diversos conceptos y autores que se relacionan con dicho concepto.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Veracruz: Pueblos originarios en la actualidad



 

 

 

VERACRUZ: Pueblos originarios en la actualidad

 De acuerdo con la Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas CDI en su Atlas de Pueblos Indígenas de México, actualmente se presentan en territorio veracruzano 5 pueblos originarios:
1.- Totonacas - Totonacatl
2.- Nahuas de Veracruz
3.- Huastecos de Veracruz - Teenek
4.- Popolucas
5.- Tepehuas

1.- TOTONACAS - TOTONACATL

Del nombre
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Náhuatl o Mexicana, el término totonaca es el plural de totonacatl y se refiere a los habitantes de la provincia de Totonacapan. Algunos autores han señalado que el término "totonaco" significa "hombre de tierra caliente".
En la lengua totonaca este vocablo se compone por los términos tu'tu o a'ktu'tu referente al número "tres" y nacu' que significa "corazón". Los totonacas emplean este término en el sentido de que Cempoala, Tajín y el Castillo de Teayo son los tres centros representativos del grupo; los tres centros o tres corazones de su cultura.
 
Localización
Los totonacas habitan a lo largo de la planicie costera del estado de Veracruz y en la sierra norte de Puebla, donde predomina un paisaje montañoso.
En el estado de Puebla los municipios que tienen un número importante de hablantes de esta lengua son Ahuacatlán, Amixtlán, Camocuautla, Caxhuacán, Coatepec, Galeana, Huehuetla, Huauchinango, Hueytlalpan, Ignacio Allende, lxtepec, Jalpan, Jopala, Jonotla, Olintla, Pantepec, San Felipe Tepatlán, Tepango, Tepetzintla, Tlacuilotepec, Tuzamapán de Galeana, Zacatlán, Zapotitlán, Zihuateutla, Zongozotla, Zoquiapan y la capital del estado. En Veracruz, los municipios que destacan por su densidad de hablantes de totonaco son: Cazones, Coahuitlán, Coatzintla, Coxquihui, Coyutla, Chumatlán, Espinal, Filomeno Mata, Mecatlán, Gutiérrez Zamora, Papantla, Tecolutla, Tlahuatlán y Zozocolco.
Infraestructura
Actualmente, cualquier comunidad con más de 600 habitantes tiene por lo menos una escuela primaria, y cada municipio por lo menos una secundaria. Las poblaciones de Huauchinango, Papantla, Zacapoaxtla y Zacatlán cuentan con una preparatoria, hospitales y centros de salud; las comunidades más aisladas dependen de las clínicas médicas del IMSS-Solidaridad.
Antecedentes históricos
El antiguo Totonacapan tenía como límite norte el río Cazones, al sur el río Papaloapan, al oeste llegaba hasta Acatlán de Pérez en Oaxaca y al norte limitaba con la sierra de Puebla. Durante el Horizonte Preclásico o Remojadas Inferior, su población tuvo contacto con poblaciones de los valles de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México. A fines del Preclásico e inicios del Clásico, en la zona de río Blanco Papaloapan (de contacto olmeca) hubo fuertes movimientos de población hacia la costa y el centro de México; ésta participó en el proceso de formación de la cultura teotihuacana.
En el periodo Clásico Temprano o Remojadas Superior 1 aparece el barroquismo, en las formas y el empleo de moldes para la cerámica. El Horizonte Clásico o Remojadas Superior II (siglos VI-IX) es el periodo de mayor esplendor, su mayor exponente es el Tajín. Para fines del siglo IX, la cultura totonaca entra en decadencia.
En el Postclásico Temprano o Tolteca (900-1200) se generalizó la metalurgia; se incrementaron los intercambios con los pueblos del valle de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México, y se difundió el uso del calendario tolteca-mexicano.
En el periodo Postclásico Tardío o Histórico (1200 a 1521) los totonacos fueron dominados por la Triple Alianza, sujetos a fuertes tributos y a la represión de sus insurrecciones.
Con el fin de quitarse el yugo mexica, este grupo apoyó a los españoles en la conquista de México; pero ellos a cambio les impusieron una nueva religión y fuertes servicios. El contagio de enfermedades devastó en 90% a la población india.
Las autoridades totonacas pervivieron hasta mediados del siglo XVII, cuando los españoles dividieron sus jefaturas y constituyeron los llamados "pueblos de indios", para tener más control sobre ellos. Los siglos XVII y XVIII fueron de relativa tranquilidad para los totonacas, la escasez de metales en la zona y las dificultades para el acceso no la hacían atractiva para los españoles. Su relativo aislamiento les permitió reorganizar sus sistemas culturales en formas autónomas frente a la dominación española; a veces lograban negociaciones, a veces se enfrentaban al genocidio.
En el siglo XIX, los totonacas participaron en el movimiento independentista con su líder Serafín Olarte. En 1836-1838 Mariano Olarte, hijo de Serafín, encabezó una insurrección aliado con los federales, en contra de los centralistas. Bajo el gobierno de Santa Anna su territorio fue dividido, la franja costeña fue cedida a Veracruz, con lo cual el estado de Puebla perdió su salida al mar; los totonacas se separaron entre los de la costa y los de la Sierra. Durante el periodo republicano en la Sierra de Puebla se afianzó el Grupo de los Tres Juanes de la Sierra Norte de Puebla, liberales de importancia política en el ámbito regional, estatal y federal, que participaron en la Batalla del 5 de Mayo en Puebla, al frente de tropas indígenas nahuas y totonacas. Este grupo impulsó cambios en la educación, obras públicas, y un sistema de plazas comerciales mestizas. Su injerencia en la región significó la apertura de espacios para los mestizos, pues al mismo tiempo propiciaron el despojo de tierras a los indígenas debido a los "deslindes".
La Revolución mexicana coincidió con un debilitamiento del poder de los Juanes. Los indígenas se lanzaron a recuperar sus tierras; muchas comunidades lograron sus objetivos y expulsaron violentamente a los mestizos de ellas, pero en los años treinta los mestizos logran recuperar algunas tierras.
La industria petrolera establecida en la costa veracruzana a fines del siglo XIX, en su continua expansión, ha privado a muchos indígenas de sus tierras y no ha sido capaz de absorber la mano de obra desplazada.
Lengua
El idioma totonaco y el tepehua pertenecen a la familia totonacana, y son parte del tronco macro-maya. El censo de 1990 registró 207 876 hablantes de esta lengua; la mayoría de ellos reside en Puebla y en Veracruz, además en el Estado de México, Distrito Federal, Quintana Roo, Tlaxcala, Tamaulipas, Campeche, Hidalgo y en menor proporción en Jalisco.
Salud
Sus médicos tradicionales son parteras, curanderos y brujos indígenas o mestizos. Las parteras auxilian a las mujeres durante la gestación y el parto; proporcionan cuidados especiales a la madre e hijo mediante baños de temazcal y plantas medicinales. Ellas creen en la influencia de la luna sobre las mujeres y en la dicotomía de lo frío y lo caliente; algunas utilizan fármacos alópatas.
El curandero totonaco conoce el uso de las plantas medicinales para aliviar los males físicos y mentales, cura el cuerpo y el alma. Recurren a sus servicios tanto indígenas como mestizos; cura a hombres y a animales. Cobra por sus servicios según la enfermedad y la seriedad del caso; adquiere su oficio por las enseñanzas de un especialista. A veces sufren la persecución de las autoridades municipales por recetar sin licencia médica.
El brujo posee poderes sobrenaturales que no tiene el curandero; conoce el uso de las plantas, sabe cómo hacer hechizos y maleficios. Ha obtenido su poder de fuentes sobrenaturales; puede hacer que una persona recobre la salud, la pierda y hasta causarle la muerte. Su maleficio sólo puede contrarrestarlo otro brujo más poderoso. Acusado de tener pacto con el demonio, sin embargo, suele ser un hombre religioso que se considera a sí mismo católico. En su casa tiene un altar con flores, figuras de santos, veladoras y figuras recortadas de papel amate, que representan a los seres sobrenaturales. Los brujos suelen ser consultados también por mestizos; ocupan una posición de poder, paralela al sistema de cargos y generalmente tienen una posición económica holgada.
Además de ellos, algunas religiosas católicas se encargaron de dispensarios médicos; misioneros protestantes atienden en sus templos; y los pentecosteses realizan "curaciones milagrosas" mediante oración.
Vivienda
En la zona de Papantla la casa totonaca es de planta rectangular o cuadrada, con techo de zacate, palma u hoja "misanteca". Las paredes son de varas colocadas verticalmente, algunas están recubiertas con lodo. La casa consta de una sola habitación empleada como cocina y dormitorio. En los solares crían aves de corral y tienen un temazcal para los baños de vapor; en algunas casas que producen miel cuelgan los panales en las paredes.
En la zona de Jalapa, la casa tiene un tapanco para almacenar maíz y para colgar las mazorcas que se emplearán como semillas. Las casas católicas cuentan con un altar en el que colocan imágenes religiosas. El uso de materiales industrializados para la construcción de casas va en aumento.
Artesanías
En general, las artesanías totonacas son para uso familiar y ceremonial. Se confecciona indumentaria tradicional que consiste en faja, blusa y quexquémitl; gran parte de ella se hace en telar de cintura, y sólo algunas veces con telas industrializadas; además, en el telar se elaboran servilletas, manteles y toallas. Los totonacas de Papantla utilizan el hilo de algodón o de acrilán, y tejen con la técnica de confitillo, cuyo terminado final queda con una textura afelpada. Además se fabrican cestos, vasijas, juguetes e incensarios de barro; máscaras de madera y ornamentos de palma.
Territorio, ecología y reproducción social
Actualmente los totonacas conservan estrategias ancestrales de aprovechamiento de los microagroecosistemas; poseen parcelas de tierra en diferentes altitudes y sobre laderas con distintas pendientes, así diversifican su calendario agrícola, siembran diversos productos y aprovechan mejor la fuerza de trabajo familiar.
A mediados del siglo XIX se les impuso el cultivo de algodón, remplazado después por la caña de azúcar, que entró en crisis por su poca rentabilidad. Posteriormente se les impuso el café, cultivado intensiva y extensivamente; por su alto precio mejoró el estándar de vida de los totonacas, pero los hizo más dependientes de alimentos traídos de fuera. El intento de diversificar la producción agrícola y ganadera acarreó fuertes inversiones, a veces incosteables, ante el mercado deprimido para sus productos.
En la zona costera la industria petrolera ha contaminado el agua y el suelo. Los bosques templados en la sierra norte de Puebla y la selva tropical húmeda de las llanuras veracruzanas sufren una tala inmoderada; esto ocasiona la desaparición de fauna que era para los totonacas una importante fuente alimenticia. Se han extinguido el venado cola blanca, el venado temazate, el jabalí o pecarí de collar y probablemente el tepezcuintle.
La reproducción social de los totonacas se basa en la diversificación de sus grupos domésticos o familias, tanto nucleares como extensas.
A principios del siglo XX, los totonacas de la Sierra migraban temporalmente a comunidades totonacas de la costa veracruzana. A partir de los años cincuenta, con la apertura de carreteras y el fortalecimiento del sistema educativo, sus desplazamientos fueron hacia las ciudades cercanas y el Distrito Federal. Actualmente se observan inmigraciones permanentes y temporales, estas últimas, de corto, mediano o largo plazo. Los estados con mayor población totonaca son Veracruz y Puebla; les siguen el Distrito Federal, el Estado de México, Quintana Roo, Campeche, Tlaxcala y Tamaulipas. La migración se da por la escasez de empleo, de tierras y condiciones de marginalidad social; o por la búsqueda de mayores expectativas económicas, sociales y educativas en las ciudades.
Organización social
Entre los totonacas domina la familia extensa. Un nuevo matrimonio procura vivir cerca de la familia del marido. La herencia de padres a hijos se efectúa hasta la muerte del padre; cuando esto ocurre se forman nuevas unidades domésticas.
Los totonacas de la Sierra heredan al primogénito; los totonacas de la costa reparten la herencia en partes iguales entre los hijos varones. Los hombres de una elevada posición económica suelen tener más de una esposa.
El matrimonio se realiza a temprana edad, y tradicionalmente un intermediario hacía la petición de la novia; en la actualidad, la novia es "robada" sin una petición formal. Aún se acostumbra el "pago" por la novia. Esto es como una compensación por la fuerza de trabajo que la mujer daba a su familia y que se pierde; se paga con bienes, dinero o trabajo.
El compadrazgo entre los totonacas crea una red en las relaciones personales y laborales. Hay compadres de bautizo, de matrimonio, y de sepultura. Se tiene noticia de una ceremonia para iniciar a un niño a la sociedad totonaca, que es cuando cumple ocho años. La fiesta dura varios días y se conoce como el banquete de los compadres, o el "compadres tlacuas"; esta ceremonia está en riesgo de desaparecer o se realiza clandestinamente.
Cada adulto varón dedica un día de la semana al trabajo comunitario o faena. Los mestizos y los totonacas adinerados pagan este servicio a las autoridades. La faena se basa en cuadrillas conformadas por trabajadores que residen en un mismo barrio de la comunidad; los protestantes conforman una cuadrilla que sólo trabaja en asuntos desligados de la religión y no consumen alcohol.
En el sistema de cargos religiosos están en primer término los fiscales, después los mayordomos y por último los topiles. El topil es un hombre soltero que vigila la iglesia y hace las veces de mandadero; los mayordomos patrocinan las fiestas patronales. Existen de cuatro a ocho fiscales que forman un consejo de ancianos que supervisan las ceremonias, las fiestas y eligen a los ocupantes de los cargos. El escaso prestigio que ofrecen estos cargos los hacen cada vez menos atractivos.
Los cargos civiles son el de presidente municipal, secretario (tan importante como el primero), agente del ministerio público, juez auxiliar, juez de paz, tesorero; regidores de hacienda, salubridad, obras públicas, agricultura y educación; y policía. Los cargos se ejercen por tres años a excepción del de secretario que dura más tiempo. Los mestizos tienden a acapararlos. Los jueces y el agente del ministerio público administran la justicia en el interior de las comunidades, en caso de delitos graves se recurre a las autoridades externas. El ejército federal interviene cuando ocurren delitos relacionados con el tráfico de armas, el cultivo de enervantes y asesinatos masivos.
Cosmogonía y religión
El sistema de creencias de los totonacas es sincrético; en él se da la combinación de símbolos y de signos reelaborados en mitos, rituales, ceremonias, etcétera, cuyo origen se encuentra en la cultura indígena mesoamericana y en aspectos del cristianismo popular ibérico. El catolicismo de los indígenas totonacas combinó elementos de ambas tradiciones para crear una religiosidad propia; ésta enfatiza la existencia de seres sagrados que tienen dominio sobre aspectos y entornos particulares del mundo, como son iglesias, cuevas o cerros.
Los seres sagrados, como los santos católicos y las imágenes prehispánicas denominadas "antiguas" que tienen poderes mágicos, exigen atención por parte de los hombres; por esto hacen las celebraciones religiosas, a cambio de las cuales ellos retribuyen con salud, buenas cosechas y bienestar en general. Son los curanderos y brujos quienes conocen mejor esta "costumbre" o tradición cultural.
Algunos de estos seres se vinculan con la agricultura; el sol, Chichini, es el dueño del maíz y se le asocia con las diferentes figuras de Cristo. En la mitología totonaca, éste aparece como un héroe civilizador que encuentra el maíz y enseña a la humanidad cómo sembrarlo y cosecharlo. La luna es un ser sagrado masculino, también llamado Manuel, que atrae a las mujeres y es útil en las peticiones de magia. Es rival del sol y lucha contra él durante los eclipses.
El dueño de los truenos, Aktsini, hace llover e influye en la milpa. Se le asocia con algunos seres celestiales, como los arcángeles de la tradición católica y el apóstol Santiago. El trueno es uno de los dioses totonacas más antiguos, es representado como un viejo y se le relaciona con el agua. A la Virgen María la vinculan con el agua de los pozos y de los manantiales. El señor del monte o dueño de los animales cuida del bosque y de la fauna que allí habita; para cazar o talar los árboles se le debe pedir permiso a él. A pesar de la caza y la tala inmoderada, aún se le tiene un gran respeto.
A partir de la década de los cincuenta, el Instituto Lingüístico de Verano se dio a la tarea de convertir a la población indígena al protestantismo; sus tácticas de conversión dividieron a muchas comunidades en facciones religiosas, que en ocasiones llegaron a enfrentamientos. En los últimos seis años su presencia se ha reducido. A finales de los años setenta se fundaron templos Pentecosteses en la zona cuya doctrina tuvo gran aceptación entre los totonacas.
Fiestas
La fiesta más importante es la del santo patrón; algunos santos de los pueblos vecinos son llevados a donde se celebra la fiesta patronal; se realizan actividades deportivas, comerciales y religiosas (bautizos y confirmaciones). La fiesta dura tres días y termina con un baile.
Una celebración importante en la región es la de Semana Santa; en estos días salen en procesión las imágenes de Jesucristo, Jesús Nazareno, Santo Entierro y la virgen de Dolores. Entre los totonacos esta fiesta se relaciona con el sol, pues transcurre en la temporada de sequía y se hacen referencias a Cristo, asociándolo con el sol.
Otra celebración en la que participa toda la comunidad es la de día de muertos. En las casas colocan un altar con ofrenda; y las familias visitan el panteón para comerla allí; las campanas repican día y noche. Los protestantes evitan el alcohol y los gastos excesivos.
Las fiestas implican fuertes gastos, mismas que, tanto protestantes como creyentes se rehúsan a sufragar. Tradicionalmente la fiesta patronal era costeada por un mayordomo y su familia; ahora, la Iglesia católica recomienda la formación de varios grupos que solventen los gastos. En las fiestas totonacas no puede faltar la danza; la más conocida es la de Los Voladores, que contiene elementos de simbolismo solar, y ha logrado fama internacional. Otras danzas son las de Moros y Cristianos, Tocotines, Negritos, Tambulares, Tejoneros, Pastores y Huehues.
 
 
Relaciones con otros pueblos
Las relaciones entre nahuas y totonacas han sido históricamente conflictivas; éstas tensiones persisten en la actualidad. La presencia de nahuas en la región es resultado de varios procesos históricos, como son la introducción de guarniciones militares mexicas para controlar a los totonacas, o por desplazamientos masivos de nahuas a sus territorios.
La presencia mestiza entre los totonacas de la Sierra es reciente. Durante la Colonia, los españoles preferían asentarse en la Bocasierra aunque había sacerdotes en unos 16 pueblos totonacos y ciertos funcionarios cuya presencia era breve. En la costa veracruzana los totonacos sufrieron una mayor presión de los españoles debido al control de los puertos naturales. El drástico descenso de la población totonaca debido a las epidemias en el siglo XVI, permitió a los españoles repartirse las tierras y emplearlas para la explotación ganadera y en plantaciones, e introducir esclavos de origen africano. La población negra reformula las relaciones interétnicas, en muchos casos los esclavos son empleados como auxiliares militares de los españoles para controlar a los totonacas.
En el siglo XIX se asentó población mestiza en la Bocasierra, donde están los grandes centros económicos; ellos introdujeron programas educativos en la región e implementaron programas de aculturación para la población totonaca; además, los comerciantes mestizos afianzaron una red comercial. En el siglo XX, en la zona de Xocotepec de Juárez, se fortaleció la presencia de campesinos originarios de otras partes del país, quienes recibieron dotaciones de tierras, por ello muchos indígenas totonacas perdieron las suyas. Actualmente existen serios conflictos interétnicos y clasistas.


 
 
 
 
 
 
2.- NAHUAS DE VERACRUZ
Del nombre
De acuerdo con Brinton, náhuatl significa "el que habla con autoridad o conocimiento", que es superior, competente, astuto. El sentido real del término nahuatlaca (náhuatl y tlácatl) es "la gente superior, la gente que manda".
Los actuales nahuas se llaman a sí mismos macehuale y traducen este término como campesino, que podría provenir de la antigua división clasista de la sociedad nahua entre pillis (la élite) y macehuales (el pueblo, los campesinos), pues se supone que la mayoría pertenece a la clase campesina.
La palabra náhuatl puede derivarse de la tradición tolteca y referirse a una nación dominante, organizada en cuatro grandes regiones geopolíticas. Los toltecas hablaban lengua náhuatl, la cual fue adoptada posteriormente por otros grupos. Durante la hegemonía mexica, el náhuatl fue la lengua oficial en Mesoamérica, por cuanto la aplicación a los aztecas del término nahuatlaca significaba la gente que manda. Actualmente no existen los nahuas, en tanto nación que manda, sino macehualmej: los campesinos.
Localización
El estado de Veracruz se localiza al oeste y sureste de la República Mexicana, entre los paralelos 17°7’ y 22°28’ de latitud norte y entre los meridianos 0°29’ y 5°32' de longitud oeste, en la denominada zona intertropical.
Los nahuas de Veracruz se localizan en 14 municipios de la región norte Huasteca; 20 de la región centro Orizaba-Córdoba y en cinco municipios de la región sur Istmo-Coatzacoalcos. Los municipios con mayor número de hablantes de náhuatl son: Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, y Benito Juárez en la región huasteca, además de Tehuipango, Soledad Atzompa, Zongolica y Mecayapan.
Infraestructura
En esta zona existen planteles educativos de nivel básico y medio a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en colaboración con la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), antes Instituto Nacional Indigenista (INI), y la Dirección General de Educación Indígena.
En las localidades indígenas las obras de infraestructura para la red de agua potable, alcantarillado y energía eléctrica han estado a cargo de la Secretaría de Asuntos Hidráulicos y Obras Públicas, Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, y Secretaría de Obras Públicas del estado; la CDI ha desempeñado la gestión intersecretarial.
Antecedentes históricos
En este territorio, desde antes de la llegada de los nahuas aztecas, había tepehuas, otomíes, totonacos, huastecos y nahuas toltecas; en la época prehispánica fue conocido, según Byam Davis, como Xiuhcoac, es decir, "serpiente de turquesas".
Conflictos políticos provocaron la invasión de nahuas toltecas antes del surgimiento de la Triple Alianza. Posteriormente, procesos de migración y colonización originaron la fundación de diferentes asentamientos. La provincia de Zicoac se mantuvo independiente del llamado imperio azteca, que varias veces intentó conquistarla: Moctezuma Llhuicamina, en 1440; Tizoc, en 1481-1486; Ahuizotl, en 1486-1502; y Moctezuma II, en 1502-1520.
Demografía
En 1990, los hablantes de lenguas indígenas a nivel nacional eran 5 282 347, de los cuales 1 197 328 hablaban nahua, cifra que representa el 22.67% de la población indígena a nivel nacional. En el estado de Veracruz se registraron 580 386 hablantes de lengua indígena, de los que 294 711 fueron nahuas, los cuales conforman el 50.77% de la población indígena de Veracruz.
La región de la Huasteca veracruzana está formada por 47 municipios; en 20 de ellos el náhuatl es la lengua principal, en 16 el totonaco, en ocho el huasteco, en dos el otomí y en uno el tepehua.
En los municipios de la Huasteca la población bilingüe es de 118 390 personas, de las cuales 20 259 son monolingües. Los municipios con mayor monolingüismo son Llamatlán, Benito Juárez y Zontecomatlán. De acuerdo con el número de hablantes, la lengua más importante es el nahua: 89.50%, con 128 751 personas de más de cinco años; le siguen el otomí, con una población de 7 668, el huasteco con 80 personas y el totonaco con tres hablantes registrados.
En Veracruz los municipios que concentran al mayor número de hablantes de náhuatl son Chicontepec, con 41 223, 23 634 en Zongolica; 21 251 en Ixhuatlán de Madero; 12 628 en Mecayapan; 11 645 en Benito Juárez; Tehuipango cuenta con 10 277 y Soledad Atzompa con 10 268.
Lengua
Los descubrimientos de la glotocronología asignan al yuto-azteca, tronco lingüístico al que pertenece el nahua, una antigüedad aproximada de 45 a 47 siglos. La lengua nahua se encuentra en un eje idiomático de sur a norte en el siguiente orden: nahua-pimanahopi-tubatulabal-mono.
Los cuatro dialectos del náhuatl actual son: nahua del oeste: municipio de Toluca (por el Nevado de Toluca), Michoacán, Guerrero, y en Xoxocotla y Cuernavaca (Morelos); nahua central: valle de México, Huauchinango (Puebla), Tlaxcala, valle de Puebla y Amilpas, así como el extinto cazcán de Jalisco; nahua septentrional: en la Huasteca (parte de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz); nahua del este: sierra de Puebla, centro de Veracruz, pipil de Tuxtepec (Oaxaca) y de Acula, Tuztla, pipil de Centroamérica.
Salud
Como para otros grupos indígenas, para los nahuas de Veracruz algunas enfermedades sólo pueden ser tratadas por especialistas, quienes realizan terapias tradicionales y utilizan plantas medicinales de la región, combinadas en algunos casos con medicina alópata. Algunas de estas enfermedades son la pérdida de la sombra, el susto, el daño, etcétera.
Asociada a la ceremonia de "darle de comer a los elotes", se realiza el pepentle, que es una ceremonia de curación para evitar los males en las personas, los objetos de la casa y los animales domésticos. Mediante el pepentle, el huehuetlaka (especialista), junto con el maíz y los padrinos, ayudados por los santos católicos y dioses indígenas, capturan la enfermedad o el mal que pueda haber. Los padrinos sujetan al ahijado mientras que el huehuetlaka le hace una limpia con dos mazorcas y lo sahúma con copal.
Vivienda
Para la construcción de su vivienda, los nahuas piden la ayuda de familiares y parientes. Si no cuentan con este tipo de trabajo, llamado "mano vuelta", contratan peones. La comida del mediodía es obligación del dueño de la casa. Las casas son de madera, otates, hojas de palma real, zacate y hoja de caña que se encuentran en la zona, y se compran tejas y láminas para los techos a vendedores foráneos.
Las casas son de forma rectangular, divididas en cuadros; algunas tienen un tapanco de tabla u otate para guardar enseres domésticos y parte de la cosecha. Alrededor de la casa se lenvanta una cerca de tiras de otate, recubiertas de bajareque (barro revuelto con zacate colorado) y se colocan ventanas pequeñas y puertas de madera.
Cuando la casa está terminada, se hace una ceremonia en sábado o domingo, o de martes a jueves, porque el viernes es día de brujos y el lunes es día de las ánimas. Los nuevos dueños consiguen un curandero y ponen ofrenda, que se compone de flores, ceras, velas, pan, huevos, dos gallinas y un gallo, aguardiente, tortillas, café, caldo blanco con pechuga y refrescos. El dueño busca a dos mujeres para que ayuden a la señora a hacer la comida, y a dos señores para que ayuden al curandero.
El curandero realiza un ritual en el techo de la casa y dentro de la habitación, donde nueve cruces de madera "comerán" la ofrenda; después, el curandero invita a los presentes a "levantar" (comer) la ofrenda. El curandero hace una cruz de pétalos de cempoal y pone ofrenda en cada horcón. En cada esquina echa ajosmecatl y ajo. En el techo de la casa pone de ofrenda el tamal de gallo, prende una cera durante un rato, arroja aguardiente y reza; después destapa el tamal y lo ofrece. Al terminar los rezos, levanta el tamal y baja del techo.
Indumentaria
El traje tradicional femenino de gala, consta de quechquémitl, blusa y enagua. El quechquémitl y la enagua se tejen con hilaza blanca de telar de cintura, y se bordan en las orillas con estambres en punto de gobelino, con figuras geométricas, zoomorfas, antropomorfas y vegetales. La boca del quechquémitl se remata con bordados de punto de ojal compuesto, y los lienzos se unen con punto de randa en estambres de colores. La blusa es de bata ceñida en la parte alta del busto, hombros y espalda y hasta abajo de la cintura se despliegan faldones plisados a partir de la bata. Toda la blusa lleva amplios y coloridos bordados de punto de cruz.
El traje de uso diario consta de enaguas de colores brillantes, verde o azul, adornadas en la bastilla con dos o tres tiras de encaje blanco y/o listones de colores, blusa blanca de manta con bordados en punto de cruz, delantal sobre las enaguas y un lienzo rectangular de color negro amarrado sobre la cabeza, y con un nudo en la nuca que deja una punta que cae sobre la espalda.
Las camisas de los hombres llevan bordados de diferentes figuras y colores, distintivos que los identifican con su comunidad.
Artesanías
Los nahuas del norte de Veracruz elaboran productos artesanales de alfarería, carpintería, cestería, textiles tejidos y bordados. Las mujeres elaboran textiles y cerámica. En telar de cintura hacen bordados en punto de cruz, tejen lienzos para mamali, que son un tipo de rebozo de hilaza blanca con bordados de chizo en uno de los extremos, sobre el lienzo terminado se bordan con punto de gobelino figuras geométricas y florales; además, tejen fajas o ceñidores de un solo color o en franjas.
Elaboran objetos de alfarería para uso doméstico y objetos de uso ritual: candeleros, copaleros y juguetes, utilizando arena de las riberas de los ríos, arcillas y rocas calcáreas. Las piezas de uso ritual las recubren con tierra blanca y roja. Dejan las piezas en la sombra para que se sequen a la temperatura ambiente, enseguida las cuecen al aire libre y después las cubren con madera de jonote, otate y ortiga. La mejor temporada para la alfarería es en vísperas de Todos Santos.
Territorio, ecología y reproducción social
La Huasteca veracruzana está inmersa en las provincias fisiográficas de la Llanura Costera del Golfo, que abarca desde el río Bravo hasta la zona de Nautla en Veracruz y la de la Sierra Madre Oriental. En la Llanura Costera del Golfo se encuentra la subprovincia de las "Llanuras y Lomerios", que se extiende desde Tampico, Tamaulipas, hasta Misantía, a la que corresponden parte de los municipios de Chicontepec y Platón Sánchez. La subprovincia del "Corzo Huasteco" pertenece a la provincia de la Sierra Madre Oriental e incluye los municipios de Benito Juárez, Chalma, Chiconamel, Texcatepec, Tlachichilco, Zontecomatlán y parte de los municipios de Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, Huayacocotla, Platón Sánchez, Tempoal y Temapache.
Los climas de estas subprovincias son cálidos-húmedos con lluvias todo el año y cálidos-subhúmedos con lluvias en verano. La precipitación pluvial media anual oscila entre los 1 200 y 1 500 mm. En esta región se registra una temperatura media anual que va de los 220C a los 270C.
Debido al rezago agrario en la demarcación de linderos y la insuficiencia de tierra fértil, la tenencia de la tierra es uno de sus principales problemas que crea conflictos entre poblaciones indígenas y mestizas. La propiedad social de ejidos y comunidades registrada es de 251 486 ha. De esta superficie, el 54.52% está destinada a labores agrícolas. Temapache tiene 47 225 ha, Ixhuatlán 27 038 y Chicontepec 20 814. Chicontepec es el municipio con mayor población indígena y tiene la menor superficie agrícola de propiedad social. Temapache tiene la mayor superficie y el menor número registrado de indígenas.
La siembra de maíz en la temporada de lluvias se llama xopaillli y en secas tonamilli. El día de la siembra, la familia realiza un ritual en el campo, reza y habla con el maíz, y coloca una rica ofrenda ante el altar. Un mes y medio después realizan la primera limpia de malezas. A los seis meses levantan la cosecha y la almacenan en la casa. La cosecha debe ser en temporada de luna llena para que el maíz no se pique. Rocían calidra entre las hileras (camas) para evitar que se lo coman los insectos.
La migración es una de las consecuencias de las precarias condiciones económicas en las que viven las comunidades indígenas. Recientemente se ha dado inmigración a la zona nahua del norte del estado en un área que abarca desde Tuxpan hasta Tempoal por la llanura costera y Huayacocotla, Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero, Llamatlán y Chicontepec en la zona serrana, pues intermitentemente llegan campesinos de los estados de Hidalgo y Tamaulipas.
A partir de 1978 se inició un movimiento migratorio que culminó en 1981. Esta migración la originó la explotación de un yacimiento petrolero en el paleodelta de Chicontepec. Los migrantes fueron trabajadores de Pemex, de la Secretaría de Salud y del lnstituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que, entre otros, dotaron a la zona de red de servicios de salud. Estos movimientos migratorios modificaron algunos hábitos de la población.
Los indígenas jóvenes tienen mayor movilidad. Las rutas migratorias se dirigen hacia la zona cafeticultora de Huauchinango, Puebla, y Jalapa, Veracruz, hacia las zonas ganaderas de Tuxpan y Poza Rica, Veracruz, y de Tampico, Tamaulipas, hacia la zona cañera de Ciudad Mante y Xicoténcatl, Tamaulipas, y más al norte hacia la frontera con Estados Unidos.
Organización social
La familia se compone de familia nuclear y extensa. Los compadres, padrinos y ahijados de bautizo, de pepentle (limpia), de casamiento, de cruz (ceremonia mortuoria) y de graduación (de primaria, secundaria y preparatoria) son los "parientes de compromiso". Las relaciones de parentesco son esenciales en la organización de las actividades cotidianas que permiten la producción y reproducción.
Todas las localidades indígenas de la Huasteca son ejidos y la propiedad de la tierra es comunal. Estas poblaciones están divididas jurídicamente en municipios, con las subdivisiones internas correspondientes a rancherías, anexos, ejidos o comunidades. La división económica interna responde a las actividades sociales y a la división en oficios que complementan las actividades agrícolas.
La principal actividad económica es la agricultura, eje de su estructura y organización social. En el trabajo agrícola se recurre en algunos casos al apoyo comunal a "mano vuelta", en donde los participantes adquieren un compromiso recíproco de colaboración. Esta forma de colaboración se extiende a las labores de beneficio social.
Las enseñanzas escolares, los partidos políticos y las creencias religiosas católica y protestante han influido en la organización social de las localidades indígenas.
Cosmogonía y religión
La cosmogonía de los nahuas del norte de Veracruz se expresa en diferentes momentos importantes de su existencia, mediante la celebración de diferentes rituales que marcan, por ejemplo, el inicio del trabajo agrícola, el estreno de una casa, los funerales, iniciaciones, matrimonio, etcétera.
Según los nahuas de esta región, el cielo está dividido en dos mitades: una es de Dios y otra del Malo. En el cielo, Dios les reparte el trabajo; los muchachos siembran maíz, las señoras hacen la comida, cuidan a los angelitos y lavan la ropa; las viejitas cuidan los pollos, las flores y abrazan a los niños chiquitos. Los niños maman en las espinas de los árboles de ceiba que tienen forma de senos. Cuando se muere alguna persona le ponen maíz, agua y comida, porque cuando va pasando por el camino de Dios el difunto debe tirar maíz para distraer a los pájaros que lo quieren picotear.
En la otra mitad del cielo manda el Malo, y ahí llegan los difuntos que mataron o fueron asesinados, los que hacen brujerías y los que están en dos religiones. El Malo los recibe, avienta a la lumbre a las personas asesinadas y en el agua hirviendo a los asesinos y a los que hacen daño. Si los asesinados son muchachos trabajan en colocar el cercado donde viven, limpian el lugar, mantienen vivo el fuego y ponen el agua a hervir; cuidan a los animales del diablo, como lagartos y perros grandes, otros tocan el violín.
Los nahuas clasifican a los muertos por la forma en que fallecen. A los que mueren de vejez, las mujeres que mueren en el parto, los jóvenes y niños que mueren por enfermedad o brujería les hacen la misma ceremonia: bañan el cadáver, le ponen ropa nueva al cuerpo y lo acuestan frente al altar doméstico cubriéndolo con flores, le ponen ceras, veladoras y en un incensario queman copal. Las personas que van al velorio llevan flores, ceras, veladoras, maíz, frijol, chile, etcétera.
Dentro del ataúd colocan un plato, una taza, un canuto de carrizo lleno de agua de pozo y con unos xiles, monedas en una bolsita de tela y una virgen de Guadalupe para que Dios lo reciba bien en el cielo. Además, realizan una serie de rituales durante la velación y el funeral. Las mujeres preparan alimentos para los presentes, como enchiladas de ajonjolí o pollo.
Al terminar el novenario ofrecen una comida ritual. Después, la señora que lavó la ropa del difunto barre de nuevo juntando la basura con la ropa o la cobija y el petate del difunto y lo deja todo entre la maleza cerca de la casa para que se pudra. El rezandero y la lavandera cobran por sus servicios y les pagan con dinero.
Los nahuas veracruzanos consideran que el maíz está vivo igual que una persona y llora si lo maltratan. Cuando los elotes están tiernos no deben comerse con sal, porque no se da bien el mateado; también tienen la creencia de que el kukuchi (huitlacoche) sale porque defecan en la milpa.
Los nahuas realizan el tlamanes, una ceremonia para la invocación de lluvia que involucra a los miembros de una comunidad, a varias localidades o a toda una región. Cuando la temporada de secas amenaza con la pérdida de un sembrado, bañan a San Antonio y le ponen ofrenda y velas; si esto no es suficiente, piden permiso a la autoridad local para realizar una ceremonia comunal, y solicitan a otro pueblo que les preste una virgen reconocida como milagrosa, para ofrecerle una fiesta y ofrendas. Colocan a la virgen en una capilla adornada y acompañan los rezos con música de violín y ofrendas. La petición de lluvia dura 8 o 15 días, y todas las noches se presentan los campesinos ante la imagen para solicitar buena cosecha. Las ofrendas consisten en ceras, sal, maíz, frijol, nixtamal, refrescos, pan, café, piloncillo y dinero. Si hay alguna persona enferma, consigue un padrino de pepentle. Hacen mitote, bailan las viejitas, niños y señoritas. Al terminar el compromiso regresan la imagen a la localidad que la prestó y llevan las limosnas, velas y flores que sobraron. Después de esta ceremonia debe llover a los tres o cuatro días.
Fiestas
Entre sus principales festividades están las ceremonias agrícolas. La primera es la de la siembra e involucra a los dueños y a los sembradores, sean peones, o amigos y familiares que trabajan en "mano vuelta".
La segunda ceremonia importante es "darle de comer a los elotes". El dueño de la casa consigue velas de cera, pan, cerveza, aguardiente, jerez, licores, flores de cempasúchil, madera blanda para tallar flores, cohetes, copal, agua bendita, servilletas y manteles, maíz, pollos o guajolotes y todos los condimentos necesarios para la ofrenda que se colocarán frente al altar. Se invita al especialista, huehuetlaka, a músicos y un grupo de ayudantes hombres y mujeres. Al centro de la ofrenda se ponen las parejas de elotes: el maíz blanco es una niña y el amarillo es un niño, ambos se visten con adornos masculinos y femeninos y se amarran con un paliacate en parejas. En el piso, bajo el altar principal, se prenden velas de sebo.
Al terminar la ofrenda en la casa se trasladan a la milpa, donde hacen la ofrenda a la mitad del terreno. Colocan collares de cempasúchil en las matas del centro de la milpa y en cada una de las esquinas. Se ofrenda al suelo, rezan y esparcen agua bendita, después los invitados comen la ofrenda de la milpa y lo que sobra lo tiran entre las matas como ofrenda a la tierra. Regresan a la casa y llevan matas con elotes. Los músicos tocan el "mitote" y el dueño de la casa recibe del huehuetlaka la cosecha. Al finalizar la ceremonia se ofrece a los participantes comida, cerveza y aguardiente.
En la festividad de Todos Santos a los difuntos se les ponen varias ofrendas. La primera se les hace en san Miguel, el 29 de septiembre. La segunda es en san Lucas, el 18 de octubre. A los niños chiquitos se les ofrenda el 31 del mismo mes. El día de los difuntos grandes es el primero de noviembre y en el octavo día se les hace la ceremonia del chicontes. La última ofrenda es el 30 de noviembre en San Andrés.
Relaciones con otros pueblos
En el estado de Veracruz los nahuas forman parte de diferentes culturas regionales, porque están asentados en tres territorios, en los que configuran sociedades regionales específicas: al norte con los grupos huasteco, otomí, totonaco y tepehua; en el centro con los grupos zapoteco, mixteco, mazateco, popoloca de Veracruz, totonaca y chinanteco; y en el sur, con los grupos zapoteco y popoloca de Veracruz.
Los nahuas constituyen regiones lingüísticas interestatales: al norte, con los municipios fronterizos de San Luis Potosí e Hidalgo; en el centro del estado, con los del norte de Puebla; y al sur, con los municipios cercanos a la costa del Golfo de México. En los municipios de Ixhuatlán de Madero y Zontecomatlán interactúan nahuas, otomíes y tepehuas.
El comportamiento de los mestizos pobres difiere del de los ganaderos y terratenientes a causa de la diferencia de recursos económicos, pero ambos, en mayor o menor medida, han adoptado formas culturales indígenas.

 
 
 
 
 
3.- HUASTECOS DE VERACRUZ - TEENEK
 
Del nombre
En la literatura histórica, a los huastecos (teenek) se les llama cuexteca, vocablo nahua relacionado, según los cronistas, con dos voces del mismo idioma: cuechtic o cuechtli, que significa "caracol menudo o caracolillo", y cuexteca, nombre del caudillo que los guió hacia el oriente y cuya figura se relaciona con Quetzalcóatl en la caída de Tula. El otro nombre: huaxtecos o guaxtecos, se deriva del sustantivo nahua guaxin, que significa "guaje", leguminosa comestible.
En su propia lengua, que pertenece al tronco mayense, los huastecos se autodesignan teenek, gentilicio de donde derivan teenek cauintalab, palabra o lengua huasteca, y teenek bitsom, pueblo huasteco. Este vocablo se utiliza en contraposición a ejek, que significa "negro o mestizo", a thac tzam, "culebras blancas" o nahuas, y a uuch "piojos" u otomíes. Al parecer, el vocablo teenek indica una contracción de Te' Inik (Te', "aquí", e Inik, "hombre"), que significa "los hombres de aquí".
Localización
Los teenek habitan en el noreste de la República mexicana, en la planicie costera que se extiende por el norte de Veracruz y el oriente de San Luis Potosí. En Veracruz se distinguen dos núcleos principales: uno alrededor de la ciudad de Tantoyuca y otro en los municipios, cabeceras y rancherías o congregaciones en la sierra de Otontepec.
La población teenek veracruzana se localiza en los municipios de Tantoyuca, Tempoal, Tantima, Chinampa de Gorostiza, donde viven también mestizos en las cabeceras municipales; en Tancoco conviven con comunidades nahuas. En esta población, así como en Chinampa, Chontla, Tantoyuca, Tempoal y Tantima la población teenek rebasa el 50%, mientras que en Cerro Azul y Naranjos sólo una quinta parte pertenece a este pueblo.
Infraestructura
En esta región existen numerosos caminos interregionales, revestidos, brechas y caminos vecinales que comunican a varias comunidades entre sí y que confluyen en las ciudades importantes más cercanas.
Generalmente los teenek se trasladan a pie, pues sólo utilizan vehículos para ir a ciudades lejanas en caso de enfermedad, o en los días de plaza se desplazan en camiones de carga de los mestizos.
Las cabeceras municipales tienen servicio telefónico, correo y telégrafo, electricidad y agua potable. La televisión y la radio son comunes, aunque pocos indígenas pueden pagar las baterías requeridas.
En las rancherías se alumbran con velas, mecheros de petróleo y leña. Obtienen agua de los pozos y de los manantiales cercanos. El principal combustible para consumo doméstico es la leña.
En las cabeceras municipales y en varias comunidades existen centros de salud con capacidad para atender sólo accidentes menores.
En la región se imparte escolaridad desde el jardín de niños hasta la normal. En ciudades importantes como Tantoyuca, Cerro Azul, Tuxpan, Poza Rica, Jalapa y Tampico existen escuelas técnicas de nivel medio superior. Los municipios pequeños y las congregaciones teenek sólo cuentan con primarias; en Amatlán y Tantoyuca hay telesecundaria y secundaria, respectivamente. En Siloxúchil existe un albergue indígena que imparte educación preescolar y primaria en huasteco.
Antecedentes históricos
Antes de nuestra era, los teenek compartían el territorio huasteco con los otomíes, los totonacos y los tepehuas, por el sur y el suroeste; mientras que por el norte y el noroeste se entreveraban con nahuas, guachichiles, "magoaques", pames y otros grupos chichimecas. Por la toponimia, sabemos que a lo largo del río Pánuco y otros asentamientos más al norte, en la sierra de Tamaulipas, se hablaba teenek al momento de la conquista.
En el centro y el sur de la Huasteca, núcleos importantes de teenek fueron nahuatizados por las conquistas mexicas del siglo XV, además de migraciones nahuas a la Huasteca a raíz de la caída de Tula.
En la parte baja del Pánuco compartían algunos centros de población con grupos migrantes de nahuas, con quienes establecieron alianzas para defenderse de los ejércitos mexicas. Por su ubicación geográfica como salida al mar, los grupos de la Huasteca fueron los más afectados en los primeros años después de la Conquista, pues fueron objeto de numerosos abusos de los españoles. De 1523 a 1532 fueron sujetos de esclavitud para abastecer de mano de obra a las Antillas. En esos diez años sucedieron dos rebeliones indígenas y fueron asesinados 400 principales y 60 caciques indígenas. A partir de 1523 Cortés repartió a los teenek en encomiendas.
A partir del siglo XVI los cambios más notorios fueron la baja demográfica y el despojo de tierras a las comunidades teenek, sobre todo en favor de los conventos agustinos y de las autoridades civiles. Durante los siglos XVII y XVIII, el cabildo indígena había ampliado sus funciones: distribuía y recolectaba el tributo, pagaba las cargas impuestas por la Iglesia y era el responsable de las tierras y bienes de la comunidad; además, representaba al común en los pleitos agrarios y gobernaba al interior de la comunidad. Los indígenas elegían al cabildo, pero no faltaba la interferencia del cura y de los encomenderos que elegían a quien favoreciera sus intereses. Durante el siglo XIX había extensas haciendas de particulares en las que se criaba ganado y se cultivaba maíz. La producción de estas haciendas se basaba en la explotación de la fuerza de trabajo de los indígenas despojados. Éstos trabajaban a cambio de poder cultivar pequeños lotes con maíz, frijol, chile, camote y algodón, indispensables para su subsistencia.
Lengua
La lengua huasteca está clasificada en el grupo maya-totonaco, tronco mayense, familia mayense, subfamilia yxu. El huasteco es la única lengua del grupo maya que se encuentra separada geográficamente del resto de las lenguas de esta familia. Este idioma no tiene diferencias dialectales.
Salud
Respecto al proceso salud-enfermedad, en casi todas las unidades familiares se curan los padecimientos menores. Los partos, la atención de la madre y del producto, antes y después del alumbramiento, están a cargo de las parteras de las comunidades. En caso de enfermedades como perder la sombra, mal de ojo, susto y otras atribuidas a fuerzas sobrenaturales, a la envidia o a los enfriamientos, se acude a los alumbradores, quienes diagnostican el mal a través del fuego con una llama que pasan por todo el cuerpo. Se hacen limpias y ofrendas a los seres de la tierra, de la montaña o de los caminos para recuperar la fuerza, la sombra e incluso objetos y animales perdidos. Se acude a la medicina institucional sólo en caso de gravedad; en general, no se acude a las instituciones de salud por desconfianza o por sus altos costos. Entre los teenek son frecuentes las enfermedades gastrointestinales, la desnutrición y el alcoholismo.
Vivienda
Cuando se casan, las mujeres van a residir con la familia del esposo, en cuyo solar se les construye una casa habitación. La casa y el cultivo de maíz y de frijol se hace por ayuda mutua entre familiares, vecinos y allegados.
Sus casas son rectangulares, un extremo se utiliza como cocina, el otro se usa como sala y dormitorio. La mayoría de ellas tienen un tapanco que sirve de almacén agrícola y de enseres. El techo de palma está sostenido por otates y los muros están estucados. Horcones de chijol, amarrados con bejuco o clavos, forman el esqueleto de la estructura. El solar se cerca con alambre de púas o con empalizadas de otate; fuera de la casa, en el solar, se construye una letrina común.
En las cabeceras municipales se suelen utilizar materiales industriales como tabique, concreto, lámina de asbesto, varilla y cemento. Las casas céntricas y los edificios institucionales están hechos con estos materiales.
Artesanías
La principal materia prima con la cual elaboran sus artesanías los teenek es la palma real, zapupe (agave furcroides trel.) y el barro. En el tianguis dominical de Tantoyuca se dan cita artesanos comerciantes de varios pueblos: los de Siloxúchil, San Lorenzo y Aquiche llevan morrales, sogas, mecates, fibra limpia, estropajos, caronas para las bestias, pretales, mecapales y redecillas.
En Chijolar se hacen sopladores, abanicos, sombreros, asientos, petates y palmas tejidas para el domingo de Ramos. Los de Chopopo llevan cazuelas, ollas y comales de barro. Cada comunidad se especializa en uno o dos productos artesanales.
Territorio, ecología y reproducción social
La Huasteca comprende tres clases de clima tropical:
1) La sierra, que corresponde a las estribaciones de la Sierra Madre Oriental entre la latitud de Tuxpan y Tampico, entre los 800 y los 1 200 msnm; 2) los lomeríos intermedios, entre el pie de monte y la costa del Golfo de México, que no rebasa los 200 metros de altitud; 3) la franja o planicie costera (menos de 100 msnm), que se abre de sur a norte del río Cazones al río Pánuco.
Los teenek, con los nahuas, los mestizos y la población negra, habitan en suaves lomeríos, la sierra de Otontepec y una franja costera del norte de Veracruz. Los pueblos de Tancoco, Amatlán, Tantima y Chontla reciben precipitaciones anuales de entre 2 400 y 2 800 mm; Tantoyuca, Ixcatepec y Platón Sánchez reciben entre 2 000 y 2 200 mm. La temperatura oscila entre los 18 y los 24°C, con máximas de 40° en mayo y julio, y mínimas de 0°C entre noviembre y febrero.
Los teenek subsisten con base en la producción de maíz, frijol y chile; su dieta la completan con varios alimentos que obtienen por recolección y pesca. La agricultura, las artesanías y el trabajo asalariado son la base económica de la familia teenek, y se combinan en mayor o menor medida.
Tanto el equipo agrícola, correspondiente a la agricultura de coa, como el artesanal para el tejido del zapupe y la elaboración de la cerámica revelan una continuidad desde la época prehispánica; es muy probable que también la organización de las tareas específicas de dichas actividades provengan desde la época prehispánica.
A pesar de enormes dificultades, los teenek producen la mayor parte de los alimentos vegetales para el mercado regional. En buena medida, la eficacia de su sistema agrícola descansa en un clima ocasionalmente favorable y en la organización del trabajo. Los sistemas agrícolas empleados en esta zona son el de roza, plantaciones de monocultivos comerciales, sistemas semitecnificados de temporal para la producción de alimentos básicos y otros de mayor magnitud en el distrito de riego Pujal Coy. A principios de la Colonia se introdujo la ganadería extensiva, que después de la agricultura es la actividad de mayor importancia económica en la región.
La migración va en aumento; los hombres adultos salen a trabajar en tareas agrícolas o ganaderas, los jóvenes como obreros y empleadas domésticas que van a trabajar por temporadas en algunas ciudades cercanas como Poza Rica, Tantoyuca, Tampico, Naranjos y Cerro Azul, y algunas no tanto como la ciudad de México o incluso hacia Estados Unidos. Algunos se establecen definitivamente en las ciudades, desde donde envían dinero a su lugar de origen. Los jóvenes migrantes regresan a su comunidad en los días festivos. Ellos son un factor de cambio, pues aprenden comportamientos extraños a la comunidad. Algunos migrantes regresan con el afán de mejorar las condiciones de su grupo y de su comunidad y se convierten en líderes agrarios y profesionistas.
Organización social
La agrupación básica de los teenek es la familia. Las familias se agrupan por lazos de sangre en solares que ocupan tres o más familias nucleares que se apoyan entre sí. La obligación de ayuda mutua incluye a amistades y a compadres. Los lazos familiares y de vecindad son la base de los grupos productivos y del trabajo recíproco. La mujer teenek se distingue en la comunidad por guardar y transmitir la cultura (lengua, medicina tradicional, elaboración de artesanías, obtención de alimentos en el medio, etcétera), por ser activa en materia política y por llevar la mayor carga de trabajo de la unidad doméstica. En ocasiones ella es el pilar y la figura central del núcleo familiar.
La mujer, en ocasiones, es elegida por la comunidad para participar como autoridad civil en las representaciones agrarias de las comunidades, con los jueces o delegados municipales, y en las comisiones para asuntos de interés comunitario. El sistema de cargos cívico-religioso ha desaparecido en el norte de Veracruz, y actualmente de las cuestiones religiosas locales se encargan grupos de individuos reconocidos por su participación. Al igual que los "alumbradores" o curanderos teenek, los rezanderos descubren sus facultades en un sueño, con un accidente personal o con alguna incapacidad física. El cuerpo de rezanderos, los grupos de danzas y de las velaciones en las iglesias son las autoridades paralelas más comunes; ellos son los guardianes de la tradición teenek y se mantienen un poca al margen de las autoridades civiles y religiosas.
En época de siembra de maíz o frijol, la familia y los grupos de trabajo recíproco tienen mayor convivencia y refuerzan los lazos sociales interfamiliares. La familia en cuya parcela toca la ronda de trabajo colectivo ofrece una comida a los participantes en la mano vuelta al terminar la jornada laboral. En la cosecha se reparten cantidades variables del producto, de acuerdo con la importancia social de cada trabajador.
Cosmogonía y religión
Entre los teenek las creencias, los mitos, las leyendas y los rituales se relacionan con el cultivo del maíz. Los rituales al iniciar la siembra o la cosecha, las ofrendas en las parcelas y en las iglesias o en el hogar, los lugares de culto (la parcela, los cruces del camino, la sierra) se fundamentan en el calendario agrícola, con algunos aspectos católicos o protestantes. La naturaleza, la tierra, el agua, las cerros, la montaña, el río, los caminos o las milpas están poblados de seres o guardianes que exigen respeto y reciprocidad; el no cumplir con ellos propicia la pérdida de la salud individual o la desgracia familiar o colectiva.
El centro de sus prácticas y creencias religiosas gira alrededor de la planta del maíz, sus condiciones de reproducción y de los trabajos que requiere. El maíz sirve como principio rector, como eje de ordenamiento de la historia, de la cosmogonía y de la vida cotidiana. Sin el maíz, an ithith, no se concibe la historia, la fiesta ni la vida. La humanidad está hecha de maíz, por lo que exige respeto a su alma, al Ipak, personaje que concentra historia, vida y atributos de la planta y en consecuencia del grupo mismo.
Fiestas
Los teenek comunican su historia y su relación con el medio a través de la danza. La danza de la Malinche es la interpretación de la Conquista; otras danzas son: de los Negros, del Gavilán, de la Rama de Navidad; también realizan bailes escolares en las fiestas cívicas.
Las fiestas más importantes en la Huasteca, incluidas las que celebran los teenek, son la del Carnaval, la del santo patrono y la de muertos. Estas festividades están íntimamente relacionadas con la agricultura y la alimentación y su contenido prehispánico se hace manifiesto en las peticiones de lluvia y acción de gracias por buena cosecha. La fiesta se acompaña con danzas, comidas especiales y bebidas alcohólicas, como cerveza y aguardiente.
Relaciones con otros pueblos
Desde sus orígenes, la Huasteca ha sido un espacio multiétnico. La interacción entre los diversos grupos propicia intercambio comercial, alianzas matrimoniales y políticas, enfrentamientos, etcétera. Los teenek de Veracruz conviven con nahuas y mestizos. Hacia los nahuas hay cierta consideración de igualdad, manifiesta en los convenios laborales y en el trato cotidiano; con ellos comparten un patrón cultural, una mezcla de rasgos mesoamericanos e hispanos, como el culto del maíz; se diferencian en el diagnóstico de las enfermedades con el uso del fuego, la fabricación de artesanías con zapupe, la expresión dancística, el idioma propio, el uso de la palma real, el páscal como platillo festivo y el acabado de la cerámica. Con los ejek (mestizos) las relaciones son desiguales, sin importar el ámbito en que se den; con ellos se enfrentan a la explotación económica, la discriminación social y el dominio político, tanto en la autoridad civil como también en la religiosa y en la militar.
 
 
 
4.- POPOLUCAS
Del nombre
Popoluca es un vocablo nahua que significa extranjero. Se llaman a sí mismos hijos de Homshuk, el dios del maíz, y se aceptan más como popolucas que por el término nativo de núntaha'yi o el de anmati, palabras que denotan su filiación lingüística. Este pueblo indígena nativo de Mesoamérica, tiene una extensa y compleja historia de interacciones y relaciones con otros grupos. Han sido llamados olmecas, zoquepopolucas y mixe-popolucas.
Localización
Los popolucas habitan en los municipios de Acayucan, Hueyapan de Ocampo, Mecayapan, Pajapan y Soteapan, ubicados en la región sur del estado de Veracruz, aunque llegaron a abarcar parte del estado de Tabasco. La región istmeña donde se localizan se encuentra en la zona fronteriza con el estado de Puebla, entre la división de la Meseta Central-Río Papaloapan y el Altiplano del sureste. La ubicación estratégica del istmo como corredor intercultural, y el asentamiento de popolucas a pesar de las presiones étnicas de nahuas por un lado y de totonacas y zapotecos por el otro, descartan la injerencia hegemónica de la Meseta Central o la del sureste. Los asentamientos popolucas siguen las redes fluviales que alimentan al Papaloapan hasta sus propias márgenes ribereñas.
Queda claro que si bien los popolucas se concentraron en la región istmeña que sirvió de asentamiento de la cultura olmeca, el espacio siguió siendo corredor interétnico e intercultural entre mayas y mexicas, privilegiando en sus rasgos culturales al náhuatl en el campo idiomático y la identidad de la lengua zoque-maya.
Infraestructura
La región habitada por los popolucas cuenta con una gran vía férrea que funciona desde principios de siglo, y se complementa con la apertura de la red carretera en los años cincuenta. La carretera en operación México-Veracruz-Coatzacoalcos funciona con ramales a diferentes localidades con población popoluca residual, en los municipios de Chinameca y Oteapan.
Las carreteras principales son: la México-Veracruz-Coatzacoalcos que comunica a los municipios de Acayucan, Hueyapan de Ocampo, Oluta, Texistepec, Chinameca y Oteapan; y la de Coatzacoalcos-Salina Cruz que articula a los municipios de Acayucan y Sayula de Alemán; un entronque de terracería de la carretera Costera del Golfo a 40 kilómetros de Acayucan accede a las localidades popolucas de Hueyapan de Ocampo y Soteapan. El entronque pavimentado de Oteapan brinda acceso adicional a Chinameca y a Soteapan.
Los municipios con mayor porcentaje de hablantes de popoluca son Hueyapan y Soteapan.
Antecedentes históricos
Los popolucas en la zona del Istmo y del Altiplano del sureste tuvieron una fuerte relación con los nahuas. Durante el periodo posclásico, la avanzada nahua se proyectó hacia América Central, dejando una significativa presencia en la región istmeña; estos movimientos trajeron la nahuatlización de ciertas poblaciones popolucas como Pajapan.
Los alcances económicos, lingüísticos y culturales de las rutas y circuitos comerciales, entre los cuales se enclavaron las poblaciones popolucas, trajeron la diversidad y variantes lingüísticas del popoluca y del propio náhuatl del Istmo. El entorno ecológico y las características de los patrones de asentamiento que le corresponden desde tiempos de la cultura olmeca, indican la existencia de poblaciones dispersas y con baja densidad demográfica de cada asentamiento.
El intercambio comercial favoreció, en perspectiva, la nahuatlización popoluca, en un área donde se veneraba a la deidad que presidía los intercambios: Yacatehcutli, y que durante la Colonia fue sustituido por los cristos negros. La diversidad étnica se iba afirmando en el espacio istmeño, sin afectar las hegemonías que cada grupo lograba imponer a las que quedaban bajo su control territorial.
Durante la época colonial, la política de congregación de los pueblos indios en la región istmeña, reforzó la nahuatlización de algunas comunidades popolucas. En 1599 existían varios poblados en los que los varones hablaban náhuatl y las mujeres popoluca.
La diversidad étnica se hizo compleja a partir del contacto colonial con la trata de esclavos negros, complicando las relaciones interétnicas de los popolucas.
Durante la época independiente fueron colonizados por un grupo de inmigrantes franceses los municipios de Acayucan, Huimanguillo y San Andrés Tuxtla.
En el siglo XX se han presentado diversos movimientos poblacionales de los popolucas, que originaron la fundación de nuevos pueblos. La segmentación de los popolucas se da en el marco de un contexto creciente de localidades mestizas, aunque a nivel local mantienen un carácter compacto, expresado en su configuración barrial (Soteapan) o de manzana (Sayula). El reconocimiento popoluca de la diversidad étnica del espacio regional, aparece refrendado tanto por la historia regional como por su propia experiencia de lucha por la tierra, aproximándolos en sus demandas formuladas por las poblaciones nahuas.
Lengua
La lengua popoluca se ubica dentro del grupo maya-totonaco, tronco mixcano, familia mixeana a la que pertenece también el zoque. Tanto su vertiente mixe-popoluca como zoque-popoluca, nos remiten a antiguos nexos lingüísticos y culturales con el sureste del país, es decir, con el área mayense. En realidad, se trataría de cuatro lenguas distintas pero emparentadas: los popolucas de Soteapan y Texistepec hablan una vertiente "zoqueana" relacionada con el zoque de Tabasco, Chiapas y Oaxaca, mientras que los popolucas de Sayula y Oluta hablan la variante "mixeana", vinculada a los dialectos del mixe oaxaqueño.
Actualmente, los municipios de Hueyapan y Soteapan aparecen como los dos principales polos de reproducción idiomática del popoluca en sus variantes mixe y zoque, bajo el contexto de un acentuado y creciente bilingüismo.
Vivienda
Los matrimonios popolucas recién casados viven en la casa de los padres del novio. Cuando se logra alcanzar la independencia económica, generalmente se levanta la nueva vivienda junto a la del padre.
Por lo regular las viviendas popolucas se destacan por sus prototipos rústicos, tradicionales en sus formas, distribución y materiales. Los techos de las casas son, en general, de hojas de palma en las zonas bajas, mientras que en la sierra utilizan el zacate. Ya para la década de los ochenta se presentaron los primeros techos de lámina de asbesto y de zinc. En las zonas bajas las familias utilizan preferentemente láminas industriales debido a las condiciones atmosféricas, de temperaturas extremosas en el interior de las viviendas, diferenciándose de las viviends hechas de materiales tradicionales, que son más frescas. En el mismo sentido se encontró que las paredes construidas con tablas fueron sustituyéndose por otros materiales. En la actualidad las viviendas popolucas conservan el piso de tierra. Uno de los aspectos tradicionales en este tipo de viviendas es que presentan la separación tradicional del tapanco, para el almacenamiento de granos y dormitorio de los infantes. Otra de las características es la paulatina reducción en el espacio de las viviendas.
Artesanías
Son pocas las artesanías que fabrican los popolucas y éstas son para uso doméstico. En algunas regiones hacen tejidos de fajas y delantales, cántaros, comales y cazuelas de barro, además de algunas redes para la pesca y hamacas.
Territorio, ecología y reproducción social
La región istmeña de Veracruz se caracteriza por un espacio relativamente plano, que comienza a ser interrumpido por las estribaciones serranas que corresponden al sistema montañoso de los Tuxtlas, y se asigna como su punto más alto el volcán de San Martín, con una altitud de 1 764 metros. La franja montañosa ocupada por los popolucas, es conocida como la Sierra de Santa Martha, y en ella se ubica de manera destacada la población de Soteapan a 499 msnm. Por su lado, Sayula se ubica en la zona más plana a 138 metros de altitud.
A los popolucas, al igual que a los nahuas istmeños, les tocó vivir un largo proceso en que la región se transformó al ritmo de la explotación económica traída por los colonizadores: cacao, tabaco, ixtle, madera, café, ganadería, caña de azúcar y petróleo, que ejercieron una acción depredadora irreversible sobre un entorno ecológico de gran riqueza y diversidad biótica. Pero estos ciclos económicos que marcan la historia económica regional, deben ser vistos en su tenor tendencial, ya que a nivel local o municipal, existen variantes por considerar, en el análisis particular de un área.
Todavía en la actualidad, las descripciones realizadas sobre el entorno natural en que habitan los popolucas, indican que la gran fractura ecológica, sin lugar a dudas, se presenta asociada a la expansión petrolera a fines del siglo XIX, a la ampliación y modernización de las vías de comunicación y a la nueva expansión ganadera que se ha desarrollado a lo largo del siglo XX. En el transcurso de un siglo, el colapso forestal se ha hecho evidente. Contribuyeron a ello tanto la demanda de madera para las obras del ferrocarril, como los crecientes pedidos de material de construcción de viviendas en las principales ciudades mestizas y la tala inmoderada para fines de exportación.
La deforestación se asumió como el principal símbolo de la modernidad capitalista; tras ella, la expansión de los cultivos y la ganadería comercial se potenciaron a un ritmo ascendente, que a su vez se multiplicó con la explotación petrolera. El colapso forestal y de la flora en general, trajo aparejada la depredación de la fauna. La caza del venado se incrementó al ritmo de la demanda mestiza en las estaciones del ferrocarril, terminando de fracturar su capacidad de reproducción y rompiendo los propios ciclos prescriptivos que regulaban su caza en las comunidades popolucas.
Debido a un proceso de transformación de la actividad productiva, que pasó de la agricultura a la ganadería en el istmo veracruzano, el espacio popoluca también se ha transformado. Se ha contraído la producción maicera en favor de los cultivos forrajeros y comerciales.
Los ejidatarios popolucas se han visto obligados a rentar sus tierras a los ganaderos particulares o a los ejidatarios que no se dan abasto con sus superficies de pastura, por lo que muchos de ellos dependen, a través del sistema de aparcería de los ganaderos y caciques locales. Sin embargo, la agricultura sigue siendo una actividad importante para la economía popoluca. Los cultivos más importantes son el maíz, el frijol, el ajonjolí, el arroz y árboles frutales, además de los cultivos comerciales como el café y la caña de azúcar. La caza y la pesca, dependiendo de la zona de asentamiento, complementan el sustento.
Organización social
La organización básica de los popolucas es la familia nuclear. En general practican la monogamia y son escasas las familias en donde el hombre tiene dos o más esposas y vive con ellas en la misma unidad doméstica.
Generalmente, los matrimonios se llevan a cabo a temprana edad. En la zona serrana, cuando el varón desea casarse le comunica a su padre la noticia y éste envía a un "embajador", que sirve de intermediario ante los padres de la novia.
Se realizan un mínimo de cuatro visitas y un máximo de 25, durante las cuales el joven lleva regalos a sus futuros suegros y se acuerda lo que vendría a ser el "acta de entrega" para adquirir el compromiso de legitimidad matrimonial, independientemente de la ceremonia civil o religiosa. La celebración matrimonial dura de dos a tres días y en ella abunda la comida y la bebida.
Durante los primeros años del matrimonio, los hijos viven con sus padres y generalmente construyen sus casas en el solar de la vivienda paterna.
Las unidades familiares reflejan la dinámica interétnica regional. En las zonas de mayor interacción popoluca-mestiza y popoluca-nahua encontramos familias culturalmente mixtas. Los mestizos optan por mujeres popolucas y los varones popolucas se casan con mujeres nahuas.
El compadrazgo-padrinazgo se articula al ritual funerario y a las creencias sobre la vida ultraterrena, ya que es el ahijado quien debe colocar en la mano derecha del padrino fallecido, una vela para que se alumbren en el camino de la otra vida.
Los lazos de parentesco y compadrazgo generan relaciones de solidaridad y ayuda mutua, participando en esta última los amigos y vecinos.
Además, se realiza la fajina o faena el sábado y el domingo, cuando los adultos trabajan en las labores comunitarias.
Cosmogonía y religión
A pesar de la mayoría católica, los popolucas mantienen algunas ceremonias de origen prehispánico, con relación a las actividades agrícolas, la caza y la pesca, venerando al Huracán, el dios del viento y a Homshuk, el dios del maíz, y a otras deidades menores. El impacto que la hegemonía de la cultura regional y nacional han tenido en el universo popoluca también se refleja en la cosmovisión de este pueblo, en donde las deidades tutelares se ven inmersas en una serie de nuevas oposiciones simbólicas; por ejemplo, en una nueva versión del mito de Homshuk, este héroe popoluca se enfrenta con éxito a un toro.
Existe la creencia de que el alma de toda persona al morir, debe cruzar un río de sangre, "guiada" o montada en un perro negro, por lo que se debe poseer uno de estos animales, los que alcanzan un alto valor. La ceremonia mortuoria tiene lugar a los 21 días del fallecimiento, tiempo necesario para llegar al destino final.
Fiestas
Las fiestas popolucas están marcadas por el santoral y el calendario católico, aunque algunas fiestas cívicas han ido ganando terreno, como el 16 de septiembre y el 20 de noviembre. De alguna manera las celebraciones se ajustan al ciclo agrícola y a los ritos de propiciación y renovación. Las celebraciones principales son las de Navidad y las de Pascua, además de la tradicional Danza de la Malinche. En cambio, en Sabaneta la fiesta se asocia con el eclipse de luna y se baila para que no se afecten las siembras.
Relaciones con otros pueblos
Las redes de interacción entre los mixe-popolucas y los zoque-popolucas no han sido debidamente investigadas; sin embargo, existen indicios de una sostenida interacción económica y simbólico-cultural. El trueque entre Sayula y Soteapan es un ejemplo de ello.
Habría que agregar a esto las redes de intercambio entre los popolucas de Soteapan y los nahuas y mestizos de Pajapan. Algunos comerciantes de esta última población han aprendido términos popolucas propios del habla comercial, tales como saludos, y establecido lazos de compadrazgo con algunos jefes de familias popolucas de Piedra Labrada.
La identidad popoluca se reproduce y reafirma en una diversidad étnica regional. La Danza de la Malinche, ejecutada por los cuadros popolucas de San Fernando y Sayula fuera de su espacio intraétnico, así como las peregrinaciones a los Tuxtlas y la revitalización de los jaraneros popolucas, explicitan esta dialéctica de la identidad popoluca en la compleja diversidad istmeña.
Debido a su ubicación geográfica, los popolucas mantienen relaciones sociales y comerciales con los pueblos vecinos, es decir, con las comunidades nahuas del estado y con algunos pueblos de Oaxaca y Puebla.
 
 

 
5.- TEPEHUAS
(Veracruz - Hidalgo - Puebla).
La lengua tepehua, junto con el totonaco forman la familia totonaca-tepehua. La palabra tepehua es de origen náhuatl, su significado literal es «cerro-dueño».
No obstante, el grupo se llama a sí mismo kitndnkanma-kalkaman «nosotros somos de idioma tepehua» o bien hamaispini, «dueños del cerro». El primer gentilicio es de uso común en Pisaflores, municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, mientras que el segundo se menciona con más frecuencia en Chintipan, comunidad del municipio de Tlachichilco.
En el año 2000, el Censo General de Población y Vivienda reportó la existencia de 9 435 hablantes de tepehua a nivel nacional, la mayoría de ellos, concentrados en el Estado de Veracruz y en menor medida en Hidalgo y Puebla. A su lengua también se le conoce con los nombres de chahuindi, hamasipini o lhimak’alhk’ama’.
El territorio donde vive este pueblo forma parte de la Sierra Madre Oriental y comprende el norte del Estado de Puebla y regiones colindantes de Veracruz e Hidalgo. El clima es tropical y subtropical, influido por la proximidad de la costa del golfo, lo cual favorece lluvias, neblina y humedad constantes.
Por la zona cruzan los ríos Pantepec y Vinazco, alimentados por un conjunto de afluentes, entre los cuales figuran el Pilpuerta, el Beltrán, el Limón y Arroyo grande. En éstos se pesca mojarra, charal, bagre, un pequeño camarón conocido como acocil y la acamaya, especie de langostino de agua dulce.
Los terrenos aprovechados para el cultivo circundan los poblados, y más allá de ellos se encuentran los pastizales y bosques de los cuales las familias extraen bienes, sobre todo madera para la construcción de casas, leña, etcétera.
Todavía quedan restos del bosque tropical perennifolio, y las variedades de árboles maderables que allí se encuentran son: cedro, capomo, chicozapote, tempisque, ceiba, palo de rosa y algunos ejemplares de caoba. La tala es inmoderada y por ende es factible que las especies de potencial económico tiendan a desaparecer.
Los tepehuas practican la agricultura de roza, tumba y quema; debido a la falta de tierras, casi ya no practican la rotación de suelos. Los cultivos más importantes para el sustento son maíz, frijol, haba y quelites; la caña de azúcar y el café se cultivan para la venta.
Las casas son amplias y con techos de cuatro aguas. Lo habitual es construir varios recintos con distinta función cada uno. Por ejemplo, una familia puede disponer de cuatro inmuebles: en uno se encuentra la cocina y el lugar que sirve para comer y dormir, otro está destinado a hacer el pan, el tercero a guardar el maíz y otro más para guardar la ropa.
Alrededor de las casas se encuentra el chiquero y el corral.
Allí están las gallinas, guajolotes, pollos u otros animales, ya que es tradición de toda la familia contar con, por lo menos, tres parejas de animales. Las casas se fabrican con los siguientes materiales: para las paredes, carrizos, varas y lodo; para los techos, dependiendo de las posibilidades económicas, palma, lámina de cartón o de metal.
Los tepehuas presentan una notable afinidad cultural con los nahuas, totonacos y otomíes que habitan en la región, pues se desenvuelven en el mismo ambiente y las evidencias parecen indicar que tal ha sido la situación desde tiempos prehispánicos. A pesar de que cada pueblo conserva su propio idioma, se mantiene con mucha pureza una tradición común, sobre todo en lo que se refiere a la indumentaria, las danzas y la fabricación y uso de papel amate. Incluso, en los mercados locales es común que se reúnan indígenas pertenecientes a diferentes grupos, como en el caso del mercado de Xicotepec de Juárez, Puebla, donde comercian totonacos, tepehuas y nahuas.